La danza es un lenguaje del cuerpo que comunica lo que las palabras no pueden. Observar una danza es apreciar la gracia, la fuerza y la expresión artística que cada movimiento transmite. En el formato FCBD® de danza del vientre hay una postura que destaca: los brazos elevados. Visualicemos esto: de las ocho posturas que exploramos ¡siete involucran ambos brazos extendidos en línea con el pecho o por encima de él!
La ondulación de brazos es uno de los movimientos más intrigantes. Cuando realizamos este gesto, nuestros brazos se desplazan entre la altura del pecho y la posición vertical. Si tomaste los talleres de Fases de la Luna, seguro reconocés las posiciones de “Luna Nueva” y “Luna Llena”. ¡Un simbolismo poderoso!
Posturas y emociones
¿Qué emoción te provoca esta postura? Para mí es claro, estas posiciones de brazos elevados comunican la voluntad y la fuerza necesaria para elevarnos hacia nuestros sueños. “No bajar los brazos” es más que una metáfora; es un acto de persistencia, resiliencia y dedicación por aquello que nos importa. Tanto en la danza como en la vida, este camino puede ser desafiante. Requiere firmeza, tiempo y esfuerzo. Pero podemos hacerlo y, en el proceso, encontrar motivos que nos impulsen a superar cualquier obstáculo.
La Cotidianidad en Nuestros Movimientos
¿Alguna vez pensaste en cuántas de tus actividades diarias implican levantar los brazos a la altura de tus hombros o incluso por encima de ellos? Si reflexionamos sobre nuestras rutinas, nos damos cuenta de que la mayoría de las veces mantenemos nuestros codos cerrados junto a las costillas y nuestras cabezas inclinadas hacia abajo.
Desde un punto de vista artístico, estas posturas pueden expresar desde introspección y recogimiento, hasta individualidad, apatía y desasosiego. En la diaria, cada postura nos predispone a encarar la vida de una manera diferente.
El formato FCBD® nos propone una postura de brazos abiertos: y nuestros brazos se abren para dar un abrazo. Esta danza nos invita a erguir el cuello: y el cuello se yergue cuando perseguimos el horizonte. Hablamos de elevar los brazos: y todo se eleva cuando confiamos en nuestros procesos. Estas posturas sugieren una conexión profunda con nuestras acciones y emociones.
Confianza en los Procesos y en Nosotras Mismas
Confiar en los procesos es creer en las etapas que nos conducen a un objetivo, y también aceptar que el camino puede presentarnos desvíos inesperados. La confianza nos llena de determinación, especialmente en momentos de incertidumbre o desafío. Es nuestra determinación la que nos alienta a continuar.
Esta confianza nos pide paciencia, ya que cada resultado se manifiesta a su debido tiempo y no otro. Pero a cambio, nos recompensa con la capacidad de entregarnos plenamente al momento y disfrutar de lo presente. El placer se desplaza de la conquista final al disfrute del proceso, que es la vida misma.
Confiar en los procesos es también creer en nuestra capacidad para superar obstáculos y crecer a través de experiencias. Reconocemos que el valor primordial de un objetivo radica en el impulso que nos lleva a explorar y descubrir lo que hay en el camino.
Acciones de Enfoque: Potenciando Nuestras Vivencias
¿Alguna vez usaste una acción de enfoque para prepararte mentalmente antes de abordar una actividad o desafío? Una acción de enfoque es una práctica consciente que nos ayuda a dirigir nuestra atención y energía hacia un estado mental específico. Al realizarla, buscamos prepararnos mentalmente, ganar claridad o establecer una disposición emocional propicia.
¡Lo que visualizamos afecta a nuestra danza y afecta nuestra vida!
Te invito a probar el siguiente ejercicio:
- Elegí una emoción o pensamiento que desees potenciar. Puede ser un recuerdo que te inspire alegría o una imagen que te brinde paz. También podría tratarse de un proyecto o sueño que te motive. En este caso, enfocate en una acción concreta que te acerque a ese sueño.
- Realizá dos círculos de pecho, concentrándote en lo que decidiste en el paso anterior.
- Continuá con dos ondulaciones de brazos, visualizando cómo expandís y elevás esas emociones.
Repetí este ejercicio según lo desees, siempre manteniendo tu enfoque. Sentite libre de descansar cuando lo necesites.
Fortaleza Física y Voluntad Interior
La voluntad implica buscar los recursos necesarios para alcanzar nuestros objetivos. Tanto en la danza como en la vida, muchos movimientos requieren más que conocimientos técnicos. Se trata de fortaleza física, flexibilidad y resistencia que obtendremos a través de ejercicios complementarios.
Elevar los brazos de manera alineada involucra la colaboración de diversos grupos musculares. Este movimiento es una sinfonía de músculos que trabajan en armonía. El fortalecimiento y la técnica adecuada son fundamentales para realizarlo eficazmente.
En cada movimiento de brazos elevados, en cada ondulación y en cada paso de nuestra danza, encontramos no solo la gracia y la expresión artística, sino también la voluntad de elevarnos hacia nuestros sueños. A medida que confiamos en los procesos y nos entregamos al presente, descubrimos que la recompensa no solo reside en los objetivos alcanzados, sino en cada momento vivido con determinación y pasión. Así como nuestros brazos se alzan en la danza, también lo hacen nuestras esperanzas y aspiraciones, guiadas por la resiliencia que llevamos dentro. Entonces, ¡que nuestros brazos sigan en alto y nuestra voluntad nos lleve a nuevos horizontes!